8 dic 2008

Historia de la imagen de la Virgen Refugio de los Pecadores



Retablo mexicano del siglo XIX

En el año 1690, un campesino de Poggio Prato, cerca de Montepulciano (Pcia. De Siena, Toscana), encontró en un establo una imagen mariana de arcilla; Decidió ubicarla en una encina de su tierra, para obtener la protección de la Virgen María.

Como varias personas iban a rezar el Rosario delante de aquella imagen, en 1699 decidieron construir una pequeña gruta alrededor del árbol y fue llamada "Virgen de las Encinas". En 1709 unas niñas de Viterbo (Pcia. Del Lazio, Roma) pintaron sobre simple papel, a la Virgen de las encinas y con simpleza infantil la llevaron en procesión por el barrio, con cánticos y rezando oraciones.

De casualidad el Beato Antonio Baldinucci, sacerdote jesuita florentino y maestro de filosofía en Roma, asistió a la simple ceremonia religiosa, y comprendió en aquellos instantes su auténtica vocación: Ser misionero del pueblo con la imagen de María. Llamó entonces a un pintor de su confianza y le ordenó tres cuadros sobre tela, representando la madre de Dios como la había visto honrada por las niñas de Viterbo.

El Beato quiso que la imagen se llamara "Refugio de los Pecadores". La primera copia fue llevada por el propio predicador en las misiones del pueblo. La segunda fue enviada a México por los Jesuitas, donde es muy venerada; la tercera copia quedó a la veneración privada del beato y la guardaba en su habitación. Después de su fallecimiento fue llevada por los Jesuitas a Galloro.

La primera Imagen fue llevada a Frascati (Pcia. De Roma) en la actual iglesia de Jesús, dirigida por los Jesuitas desde 1570, donde el Beato vivió 19 años. Enseguida se hicieron las primeras misiones en el pueblo, el Beato afirmado en la idea de que Dios lo destinaba a las misiones populares, éstas se hicieron una tras otra, con gran suceso espiritual y llevando el cuadro mariano. Los Jesuitas y los seminaristas diocesanos, confiados en los reverendos Padres de San Ignacio de Loyola desde 1701, colaboraron con Baldinucci para el mejor resultado de las misiones. En el desfile de las procesiones con el lienzo de la Virgen del Refugio de los Pecadores, que recorrió muchos pueblos de varias provincias, Dios operaba milagros y conversiones extraordinarias. Los pecadores mas obstinados lloraban públicamente sus pecados, y quien vivía en el odio se reconciliaba con su enemigo y la vida cristiana volvía a reinar en sus corazones.

El Beato afirmaba que delante de aquella imagen bendita, fueron derramadas tantas lágrimas de sincero arrepentimiento, que se podría haber formado un lago. Baldinucci decía: "La Virgen no quiere dinero, mas bien vuestros corazones. Si alguno se obstinaba en hacer alguna donación, en la homilía ordenaba que fueran devueltas. La Virgen podía ser adornada de cintas, flores y velas. Pero sin que el Beato lo supiera, muchos brazaletes de oro y plata se colocaban alrededor del trono mariano.

A pedido de innumerables feligreses, el capítulo Vaticano decretó, coronar con oro a la Virgen y al Santo Niño Jesús, el 4 de Julio de 1717. El gran misionero del pueblo, el apóstol de la Virgen del Refugio de los Pecadores, falleció el 7 de Noviembre de 1717 en Pofi, delante del cuadro y en su habitación, mientras rezaba con devoción, diciendo: "¡Muéstrate que sois Madre!". Sólo tenía 52 años pero era de precaria salud. Desde el 4 de Julio de 1717, la primera copia fue donada definitivamente a la iglesia de Jesús de Frascati y desde entonces pasó a ser la Celeste Patrona del Seminario Tuscolano anexo a la iglesia.

La capilla de la Madre de Dios fue ampliada y embellecida con donaciones de muchos cristianos, que habían tenido el honor de venerarla en los propios pueblos y ciudades. En 1732 los Padres Jesuitas dejaron el seminario y la iglesia al clero diocesano que siempre fue devoto de la Virgen; lamentablemente el 8 de Septiembre de 1943 Frascati fue Bombardeada por aviones aliados. La imagen de María que había sido llevada a la catedral para rogar por la paz, quedó destruida. A la Iglesia de Jesús de Frascati fue llevada entonces la copia que estaba en Galloro; el lienzo de la Virgen con su presencia inspira su gran amor maternal.